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David Andrade, el ecuatoriano de ‘Hospital Central’

17 Sep

Intenta romper el estereotipo del latino

Hospital Central, una de las series más exitosas de la televisión española incorpora en su décimo quinta edición a nuevos actores que ofrecen una visión mucho más real de la sociedad actual. El ecuatoriano David Andrade es el responsable de dar vida a Waldo Jaramillo, un médico residente cuya forma de pensar y actitud darán mucho de qué hablar.
Tribuna Latina habló con este actor y doble profesional. Nos habló de su trayectoria, su vida como inmigrante y su papel en Hospital Central, que cerró su decimocuarta temporada el 12 de diciembre como la segunda serie de ficción nacional más vista del año, con una media de 4.198.000 espectadores y un 25,3 por ciento de share.

 ¿Cómo entraste a formar parte del reparto de actores de Hospital Central?
Es una historia bastante anecdótica, ya que llevo ocho años trabajando como especialista (doble) en Hospital Central, y a pesar de ello no se habían fijado en mí para interpretar el papel de Waldo. Gracias a un casting que realicé hace algunos años, y que conservaba una agente de actores en Barcelona, pude acceder a este papel. Fue muy gracioso porque a los productores les gustó mi interpretación, y cuando decidieron ponerse en contacto conmigo se dieron cuenta que yo ya llevaba trabajando varios años con ellos.

Waldo es el papel que interpretas, ¿cómo es él?
Waldo es un joven ecuatoriano que llega a España con la idea de trabajar para enviar dinero a su familia y salir adelante. Después de desempeñar diversos oficios en condiciones precarias, logra estudiar medicina y cumplir una de sus grandes metas: optar a una plaza como médico residente en un hospital. No obstante, la relación con sus compañeros no será del todo cordial debido a una serie de temas que irán surgiendo poco a poco en el desarrollo de la serie. La historia del personaje refleja en buena parte la realidad de miles de inmigrantes que viene en España.

¿Cuál es la aportación de Waldo y de David a la serie?
La aportación de David es la propia construcción y consolidación del personaje; es la puesta en escena de aspectos de mi propia vida, así como la de las personas cercanas. Con este personaje yo tengo vía libre a la creación, a la adaptación e incluso al guión, ya que les ofrezco documentación para que en los libretos se utilicen las palabras y la jerga que empleamos los ecuatorianos. Por ejemplo, cuando el guión pone “joder”, yo lo cambio por “chuta madre, que pasota”, entre otros aspectos fundamentales del propio personaje. Tanto David como Waldo son profesionales en sus respectivas áreas, y trabajan por cambiar la visión que se tiene del inmigrante, especialmente del latino. Ambos tienen formación e intentan destacar en sus sectores.

Se dice que Waldo es machista y refleja el carácter latino…
Para nada. Lo que tiene Waldo es que es muy creyente y en cada una de sus palabras está presente Dios, lo que va a crear con sus compañeros de trabajo, especialmente con algunas doctoras, una serie de malentendidos que con el paso del tiempo y en el desarrollo de la serie se van resolviendo, gracias a que Waldo va adaptándose cada vez más a su nuevo país de residencia y a su cultura.

¿En qué se parece Waldo a David?
En que ambos emigraron con la idea de salir adelante, en su capacidad de lucha y su espíritu de superación. Cuando me fui a vivir a Los Ángeles sabía que tenía que esforzarme mucho e incluso pasar ciertas dificultades si quería estudiar y lograr realizar alguna actuación. Aunque en la cuna del cine pude obtener pequeños papeles en obras de teatro y cortometrajes, decidí volver a España, país en el que vivo desde hace 16 años, porque sabía que podría encontrar trabajo como actor de doblaje y también me apetecía irme abriendo camino aquí.

¿Cómo fueron tus inicios en la actuación?
Desde muy pequeño siempre que veía películas soñaba con ser el héroe o el personaje central, por ello cuando llegué a España, me puse a investigar dónde podía estudiar actuación y trabajar al mismo tiempo. Logré ingresar en la escuela de actuación de Ángel Planas y empecé realizando un curso de especialista y así fue como poco a poco fui interpretando pequeños papeles, tanto de actor como de especialista. Aunque también tengo que decir que sufrí muchas decepciones y estuve en varias ocasiones a punto de tirar la toalla.

En una ocasión trabajaste con Javier Barden, y él fue el que te ánimo a continuar con la actuación
Sí, tuve la oportunidad de trabajar como especialista en una película protagonizada por Javier Bardem, dirigida por Jhon Malkovich y rodada en España, Portugal y Ecuador. En una ocasión, hablando con él, le comenté sobre mi pasión por la interpretación, pero también sobre lo difícil que era labrase un camino en este medio y ser reconocido. Él fue quien más me animó a continuar, me dio consejos e incluso me recomendó una escuela de arte dramático donde adquirir más formación. A partir de ese momento empecé a trabajar con más ilusión.

¿Tu trabajo en Hospital Central les abrirá las puertas a más actores latinos?
Confío en que sí, y espero que con esta oportunidad actores de diferentes nacionalidades que tienen un talento y una trayectoria profesional increíbles, puedan abrirse un hueco en el mundo de la interpretación en España y en Europa.

David Andrade ha trabajado como actor en la película A golpes (2005) y como doble en los largometrajes Salvador (2006), Ausentes (2005), The Dancer Upstairs (2002), No te fallaré (2001) y ¿Tú qué harías por amor? (2001), entre otros títulos.

Rodrigo Díaz Cortez: De “top manta” a la “primera división de las letras”

17 Sep

El joven escritor Rodrigo Díaz Cortez (Santiago de Chile, 1977), resultó ganador de la XII edición del Premio Mario Vargas Llosa de Novela. “Tridente del Plata”, es el título de la novela con la que logró este reconocimiento y que le llevó cerca de siete años escribir. La obra que se desarrolla entre los años ‘80 y ‘90 en Santiago de Chile y Valparaíso, fue descrita por el jurado como “amena y bien escrita”.

 

Las tres instituciones y entidades convocantes del certamen: Caja Mediterráneo, Universidad de Murcia y Comunidad Autónoma de Valencia, coincidieron, al determinar a Díaz Cortés como ganador. Tridente de plata ganó entre 378 novelas provenientes de 32 países. El fallo unánime destacó que la obra tiene un carácter emprendedor y su lenguaje es ameno.

Victorino Polo, catedrático de Literatura Hispanoamericana, y que presidió el jurado del certamen, aseguró que la obra posee un interesante argumento, está bien escrita y organizada, con una narrativa que avanza, pero que también juega con recursos como el ‘flashback‘.

Díaz Cortés comenzó su andadura en 1998 cuando uno de sus cuentos se publicó en la antología “Pequeños paraísos artificiales”, editada por Balmaceda y, en el año 2000, editó su primer libro de cuentos, “La taberna del vacío”. Su primera novela, “Antes de Perder el sentido”, que retrata el Chile suburbano, la presentó en el Aula de escritores el periodista de cultura de El Mundo, Matías Néspolo, el 1 de julio de 2005.

Partidario de la pasión con la que hacen política Hugo Chávez y Evo Morales, Díaz Cortés vive en Barcelona desde el año 2002 y desde entonces ha desempeñado diversos oficios. Después de trabajar a tiempo completo como pintor, instalador de estructuras metálicas, librero, estibador de aviones, mozo de almacén, jardinero, y consagrar sus ratos libres a la escritura, a la corrección de sus obras y a la lectura, su trabajo como escritor se ve recompensando. Para él, este premio es un reconocimiento que le llega después de dedicar buena parte de su vida al mundo de las letras y es la oportunidad para salir del anonimato.

¿Cómo recibió la noticia del premio?

Prácticamente fui de los últimos en enterarme. Supe que mi obra había sido premiada porque una periodista me llamó para darme la enhorabuena y realizarme algunas preguntas. Yo estaba solo en mi casa cuando recibí la llamada y la verdad sentí una alegría enorme en ese momento. Lo primero que hice fue llamar a mi padre, porque el defecto de amar la escritura lo arrastro de él, y quería contárselo, pero para mi sorpresa, toda mi familia ya lo sabía, porque los periódicos chilenos ya habían hecho referencia al premio el día anterior.

¿Qué significa el Tridente de plata?
El tridente es un objeto que aparece y desaparece en diversos momentos de la novela. Para los protagonistas del libro este colgante tiene un significado bastante importante, ya que está presente en diferentes espacios de sus vidas y ello define momentos cruciales en el desarrollo del libro. Isolina, el personaje más importante del libro, y al cual le tengo más afecto, es la primera propietaria de este colgante que va pasando de mano en mano.

En algunas de sus obras los personajes están relacionados con la pobreza, la corrupción y la marginación, ¿Cuáles son los protagonistas y la realidad en Tridente de plata?
En prácticamente todas las novelas y cuentos que he escrito, siempre hablo acerca de las personas marginadas y sobre la realidad, que aunque se ambiente en un país o un lugar determinado, puede ser la historia que viven cientos de personas en el mundo. Si bien mis obras son básicamente el resultado de la ficción, los propios personajes, lo cotidiano, las vivencias, el amor, la pasión o la corrupción, están presentes en mis creaciones. Lo importante de mis novelas y cuentos y, en especial de Tridente de plata, es que absolutamente todos los personajes tienen vida propia y una historia para contar.

El jurado definió su novela como una obra amena y bien escrita ¿Usted cómo la describe?
Es un thriller lírico poético. Una obra en la que he procurado cuidar mucho la escritura y, a pesar de que en ocasiones puede ser peligroso, me atreví a jugar con los tiempos de la narración. El paso de primera a segunda o tercera persona se da constantemente durante los 33 capítulos que tiene la obra. Por otra parte, es una novela cargada de ritmo, visualmente es muy rápida en donde las imágenes y los elementos tienen un valor simbólico. La plasticidad, los espacios y hasta las texturas juegan un papel importante y se expresan en cada momento.

Desde que vive en Barcelona ha trabajado en diversos sectores, ha vendido algunos de sus cuentos de bar en bar e incluso ha recurrido al “top manta” en la Rambla de Santa Mònica…
Sí. Cuando llegué a Barcelona estuve un año y medio en situación ilegal trabajando como mozo de almacén y jardinero, pero gracias a una oferta de trabajo que me hizo mi tío, el escultor Lautaro Díaz, pude obtener la documentación.
El primer libro de cuentos que escribí en Chile, “La taberna del vacío”, ha sido mi compañero inseparable y es el trabajo que, como yo, más ha madurado durante todos estos años. Desde su primera edición en el año 2000 yo mismo he salido a venderlo de bar en bar, de fiesta en fiesta, e incluso durante la celebración de Sant Jordi en Barcelona, me he puesto en la Rambla a venderlo.
Recuerdo que en una ocasión la Policía me decomisó los cuentos porque no tenía dinero para pagar la multa. El libro ya va por su tercera edición con más de 6.000 ejemplares vendidos de puerta en puerta entre Barcelona y Madrid.

¿Cómo fue su paso por el Aula de Escritores como alumno y después como profesor?
Un día vi un cartel, en la calle, sobre un taller intensivo de novela que se realizaba en el Aula de Escritores y me inscribí. Después de un tiempo me propusieron ser profesor del taller de Escritura Creativa y Relato, y acepté sin pensarlo. La enseñanza es otro ámbito que me apasiona porque me permite compartir todo lo que he aprendido durante estos años, intercambiar experiencias y madurar profesionalmente. En el Aula hice grandes amigos como Lluc Berta Espart, con el que aún comparto mis intereses literarios y mi gran obsesión: la escritura.

¿Qué representa para usted ganar este premio y, a partir de ahora, qué cree que pasará?
Lo siento como la recompensa a un gran esfuerzo y la posibilidad de salir del anonimato. Llevo escribiendo esta obra siete años. Cuando uno proviene de familia humilde, como la mía, y no tiene ningún amigo editor o contactos en una editorial, las cosas son mucho más difíciles.
En Santiago de Chile tuve la oportunidad de estudiar fotografía pero mi formación en el campo de las letras ha sido de forma empírica y a base de mucha constancia y sacrificio. Gran parte de mi éxito se lo debo a Guido Díaz, mi padre, a Xenia, mi compañera, y a mi hijo, Vancety del Sol, quienes también han sentido este premio como suyo.

Rodrigo Díaz Cortés recibirá 12 mil euros y su novela será publicada por Seix Barral. Dice que el dinero le servirá para “pagar algunas deudas y estar durante un tiempo un poco más tranquilo” para dedicarse a la creación literaria. Promete que “El poeta bajo el mar” y “Sol de Atacama” serán sus próximas obras, las cuales trabajará con la convicción de haber pasado a la “primera división de las letras.